Yo pensé en cerrar la puerta y no volverla a abrir. Muchas veces. Me hice la idea en mi cabeza de pintarlo todo de negro y respirar tierra, agua o fuego.
A esa edad es dificil ver las cosas con claridad y aunque tal vez nunca haya logrado hacerlo, la iquiqueña Pamela Pizarro enciende la luz de alerta justo cuando apaga la suya.
Como era de esperarse, el debate respecto al tema se ha visto opacado por “cosas más importantes”, tal como pasó con el caso de la anorexia/bulimia, que pasó a convertirse en material para matinales y, con mucha suerte, de SQP.
Pero esto no para. Los sentimientos no responden a la pauta mediática, especialmente los de angustia. Por si no lo saben, este domingo una tercera jóven, Francisca Badilla (18), esta vez de Talca, se unió al grupo de jovenes suicidas al colgarse de una viga en la casa deshabitada de sus abuelos. El selecto grupo cuenta en dos semanas con tres socias que firmaron para la eternidad, lo que en cifras significa más visitas que este las de este blog.
Pero qué dulce tentación resulta burlarse y jorobarle la vida a los compañeros de colegio. Si incluso debería considerarse como un ramo para llenar los vacíos de la jornada completa.
Recuerdo que hinchamos a muchas personas en el colegio. También recuerdo que incluso las tallas y abusos de los más fortachos llevó a uno de ellos a cambiarse de colegio porque lo weveaban mucho. Ahí sentí verguenza.
Sin que yo lo haya sido quien dirigia las bromas, me sentí mal.
Como es de esperarse, (oh, sorpresa!) en su nuevo colegio (uno más grande, caro y privado) lo siguieron weveando.
Y en la calle, nunca volvió a saludar.
Las cosas han cambiado. Hoy quienes agreden (niños y no tan niños) ya no sienten ni una pizca de remordimiento porque alguien atente contra su vida por influencia suya. Hoy los agresores ni se inmutan y siguen atormentando a la familia via internet. ¿Y los papás de los agresores?, bien, gracias.
Pasa lo mismo con mi vecina. ¿La idea es traer niños al mundo para luego hacerse el desentendido?, ¿mandarlos al colegio y listo?
¿Alguien recuerda lo que pasó en Columbine?, sip. Eso en lo que Michael Moore se basó para hacer “Bowling for Columbine” y Gus Van Sant para hacer “Elephant”. Memoria a corto plazo, ah. Diganme, en serio: ¿alguién pensó que eso que pasó era mentira?, ¿que esas dos peliculas eran de ficción?
A esa edad es dificil ver las cosas con claridad y aunque tal vez nunca haya logrado hacerlo, la iquiqueña Pamela Pizarro enciende la luz de alerta justo cuando apaga la suya.
Como era de esperarse, el debate respecto al tema se ha visto opacado por “cosas más importantes”, tal como pasó con el caso de la anorexia/bulimia, que pasó a convertirse en material para matinales y, con mucha suerte, de SQP.
Pero esto no para. Los sentimientos no responden a la pauta mediática, especialmente los de angustia. Por si no lo saben, este domingo una tercera jóven, Francisca Badilla (18), esta vez de Talca, se unió al grupo de jovenes suicidas al colgarse de una viga en la casa deshabitada de sus abuelos. El selecto grupo cuenta en dos semanas con tres socias que firmaron para la eternidad, lo que en cifras significa más visitas que este las de este blog.
Pero qué dulce tentación resulta burlarse y jorobarle la vida a los compañeros de colegio. Si incluso debería considerarse como un ramo para llenar los vacíos de la jornada completa.
Recuerdo que hinchamos a muchas personas en el colegio. También recuerdo que incluso las tallas y abusos de los más fortachos llevó a uno de ellos a cambiarse de colegio porque lo weveaban mucho. Ahí sentí verguenza.
Sin que yo lo haya sido quien dirigia las bromas, me sentí mal.
Como es de esperarse, (oh, sorpresa!) en su nuevo colegio (uno más grande, caro y privado) lo siguieron weveando.
Y en la calle, nunca volvió a saludar.
Las cosas han cambiado. Hoy quienes agreden (niños y no tan niños) ya no sienten ni una pizca de remordimiento porque alguien atente contra su vida por influencia suya. Hoy los agresores ni se inmutan y siguen atormentando a la familia via internet. ¿Y los papás de los agresores?, bien, gracias.
Pasa lo mismo con mi vecina. ¿La idea es traer niños al mundo para luego hacerse el desentendido?, ¿mandarlos al colegio y listo?
¿Alguien recuerda lo que pasó en Columbine?, sip. Eso en lo que Michael Moore se basó para hacer “Bowling for Columbine” y Gus Van Sant para hacer “Elephant”. Memoria a corto plazo, ah. Diganme, en serio: ¿alguién pensó que eso que pasó era mentira?, ¿que esas dos peliculas eran de ficción?
PD: Para seguir con el tema, Nicolás Copano ahondó en el tema en la última edición de La Nación Domingo. Aquí el link: http://www.lnd.cl/prontus_noticias/site/artic/20061202/pags/20061202222402.html