De hace un montón de días estaba pensando en escribir sobre el la presencia de Dios y sus manifestaciones palpables para algunos elegidos. El mejor ejemplo es el caso de este tipo al que le robaron el kino ganador con no sé cuantos miles de millones de chilean pesos de premio. La bestia de amigo (como el mío que solía tener) le importó bien poco la buena fortuna de su partner y decidió cagarselo en menos de lo que canta un gallo; por lo que sin pensarlo mucho (o tal vez sí y lo maquinó todo perfectamente, eso no se sabe…) procedió a robarle el cartón millonario y cobrarlo como propio.
Al ver que su amigo lo había cagao, el dueño original estableció una demanda contra la flor de amigo, ahora millonario, y la justicia no resolvió mejor cosa que entregarle la módica suma compensatoria de unos 60 millones de morlacos para que se quedara tranquilito y pudiera comprarse una casa.
Sin embargo, el Pulento cachó la tremenda injusticia y lo puso en prioridad uno a este pobre cristiano que no supo cómo elegir sus amistades (como si hubiera un manual, digo yo).
La cosa es que junto con recibir ese premio que no era de él, este pelotudo recibió las mil maldiciones. Y no es chiste.
Sus hijos enfermaron gravemente y él mismo se vio involucrado en un accidente que si bien no le costó la vida, lo dejó inválido, postrado por el resto de sus días, sin que tratamiento alguno le diera alguna luz de esperanza para poder recuperar la movilidad de sus piernas.
Con el paso del tiempo, su salud empeoró sin que ninguna medicina pudise salvarlo, falleciendo el pasado fin de semana.
Yo, personalmente, me tatúo la cara de Dios en el pecho si me dan una demostración de esa presencia divina en la tierra. “Justicia divina!”, habría dicho Julito Martínez, asértivamente un domingo por la noche en Teletrece, pero saben? Yo, sinceramente me convierto en el más creyente de lo imposible si me llega a pasar eso. (Bueno, de partida tengo que tener la dicha de ganarme el Kino o lo que sea, antes… ) Pero como todo este cuento parece fábula bíblica salida de internet o peor aún, de Facebook, yo me limito a esperar mi momento para volver a creer.
Porque luego de todo lo que ha pasado en los últimos meses, me da la impresión que tras las caras angelicales y las actitudes bondadosas, se encuentran sólo espíritus maquinadores que se llenan de energía con el cemento de los edificios, se revitalizan con el aire acondicionado y el smog de las micros y chimeneas. El camino al infierno está lleno de buenas intenciones, como dice la canción…
El punto no está en Dios y su mierda de Iglesia o en el Vaticano o en el Papa rechazando los condones o los abortos de cualquier tipo, como si con eso fuera a borrar su existencia de la faz de esta mierda de planeta. Sino en la fe, en la esperanza pisoteada día a día, minimizada y humillada por el verdadero Dios Dinero.
Ante la advertencia, corrí y por suerte que estoy andando en bicicleta, porque al llegar a la esquina, vi todo casi en cámara lenta. Se me cruzaron rápidamente un par de ideas sobre ké demonios iba a hacer y sentí el pecho cerrado en un abrir y cerrar de ojos. Los autos estaban hechos bolsa y las luces de los pacos, bomberos y el taco que se había armado no era el más alentador. Te busqué en medio de muchas mujeres vestidas como tú y no estabas. Hasta que vi tu auto maquillado y listo para una sesión fotográfica de “lo mejor del verano”. Y el olor… ese elemento que siempre se les olvida a todos me terminó por revolver el estómago, el caucho humeante de las protestas universitarias y el humo negro.
Cuando te ví deje de pensar tan rápido cosas tuyas y mias. Ya no pensé más en eso de “son cinco minutos, la vida es eterna en cinco minutos…” que se me vino como un grito ensordecedor a los oídos cuando vi las luces moviendose…
Yo sólo sé que tal vez, esas demostraciones presenciales que esperaba están en tí, más cerca de lo que pensaba. En tí y en Buda. En tí y en Krshna, o cualquiera sea tu nombre y el que le demos a él; pero prefiero pensar que hay esperanza por sobre todas esas mentiras de Facebook y de internet, que hay fe y algo más y una prueba de eso vive a un par de cuadras de mi departamento.
they face of god esta reservada para los que a ojos cerrados pueden desear algo desde el tubo incandesente mas profundo del ser..(lo dice el regodiado cohelo y hasta el secreto).. por decir siempre lo que senti, encausando mi pensamiento. Leerlos habria sido como desifrar propia alma, pero de una verdad cosmica que siempre supe…no necesitaba al peregrino, ni a la ley de atraccion, ni que un trillon de gente mas las conociera, pero me faltaba el respaldo mundial de pensar de que lo sentia no eran pajaros en la cabeza.
La cara de Dios, deseo que sea para los mas honestos e inocentes, aquellos que por siempre estaremos en el limbo entre esta tierra y el universo,en el mundo de bilz y pap terrenal aunque respiremos humos de micros y ganyazos asesinos; y hasta nos dejemos seducir por la carne y su television….
La justicia es mas justa con el que se queda cosechando en su parcela sin tener ni el deseo del gusto por lo que tiene tu vecino, tu blodel.
el pan es la cara de dios…