Hoy Spotify me notificó del “lanzamiento” de la maravillosa nueva edición del debut del ex guitarrista de The Beatles del año 1970.
El disco celebra su 50avo aniversario con un reedición que incluye una nueva mezcla del album triple y suma 3 albumes con demos y ensayos.
Junto a sus ex compañeros, Lennon y Starr, Harrison contó con destacados invitados como Eric Clapton, antes que quedara la escoba con su señora y el también finalmente nefasto, Phil Spector en la producción.
El extenso álbum (originalmente doble con un tercer disco de jam session) fue también el primero que publicase un Beatle a sólo 3 meses tras del quiebre de The Beatles, en lo que en su oportunidad el mismo Harrison reconoce “I didn’t have many tunes on Beatles records, so doing an album like All Things Must Pass was like going to the bathroom and letting it out.”
LLegué a este maravilloso álbum gracias al viaje de una amiga a Nueva York hace unos buenos años. Ella lo encontró en una disquería de Manhattan llevando una lista de discos que patudamente le pedí buscar. Lo sorprendente es que es una edición de 1970 en perfecto estado que sólo le falta la parte de abajo de la caja que lo contiene y el famoso poster con la imagen de Harrison barbudo a contraluz de unas ventanas de vitral.
Pagué lo que le costó a mi amiga en la tienda y como le faltaban estas partes que les comento, cobraron solo el equivalente a 12 o 14 mil pesos chilenos. Al encontrarlo en ferias de vinilos itinerantes que antes se hacían en Santiago, con caja completa y poster sí, no bajaba en ese entonces de los 60 mil pesos chilenos.
Tortura sin contacto
Lo malo del disco es que inevitablemente llego a pensar en esta nota que lamento haber entrado en conocimiento: la dictadura chilena utilizó la música de Harrison como elemento de tortura
Termino dándole muchas vueltas al asunto porque la verdad es que me violenta profundamente que la dictadura haya tomado una canción tan hermosa como My Sweet Lord para causar tormentos a otras personas.
Esta información es del 2014 con motivo de la publicación del articulo de la investigadora británica Katia Chornik en la revista PUC “Resonancias: Revista de investigación musical”
Música y tortura en centros de detención chilenos: Conversaciones con un ex agente de la policía secreta de Pinochet
El artículo indica que el uso reiterado y de alto volúmen de una canción puede ser considerado como una forma de amedrentamiento y adoctrinamiento impulsada por la CNI estadounidense desde 1950 se conoce como tortura sin contacto.
Si aun siguen leyendo esto, les agradezco y les dejo el enlace a la nueva edición del disco de Harrison, All Things Must Pass 50th Annyversary /Super Deluxe en Spotify: