Daniela trabaja mucho, pero ella misma se da cuenta que su pelo está cada día más lindo y que ella misma es como una estrella, cada día más radiante, especialmente los fines de semana cuando puede ver al Claudio y armar una propia galaxia.
Tú estás feliz con los nuevos sabores del mediterráneo.
La Mónica está enamoradísima de la nueva vida que crece dentro de ella, como si la luz creciera dentro de ella e iluminara toda miseria existente.
El Jurel, la Rocío y la Andrea están felices porque pese a estar cansados, porfin terminan lo que les ha tomado años en finalizar.
La Calu ha pasado por momentos complicados en la pega, pero está tranquila porque ya tiene su oficina nueva y cada día se siente más periodista al poner la llave en su tocomocho. Propio, no regalado, y poder pasar a buscar al mismo hombre que conoció hace tantas fotocopias.
El Javier espera a que llega el día en que porfín, bajo la luz de las estrellas del norte de Chile, pueda consagrar todo ese amor en un anillo en el dedo de su amada. Espera tranquilo. Así como esperó la Raco mientras cubría turnos en el hospital de Illapel, hasta que se pudo dar el lujo de vestirse de esa forma en la que yo no me puedo imaginar.
La Monique también está feliz. Se le nota en sus letras diarias y en sus planes sileciosos de no contar nada a nadie para que el fueguito que está creciendo no se apague.
El Lucho se queja (mucha junta conmigo), pero luego de años de lucha y sacrificio, pudo robarse a la mujer que más lo quiere para llenar un departamento de realidades, no de sueños.
Yo fui retrocediendo, encogiéndo hacia cielos sin nubes e incendios sin calor. Achiqué la pieza y agrandé la pena. La llené con recuerdos a los cuales abrigarles los pies en la noche, mientras no puedo quedarme dormido.
Como que luego de mojarme la cara me di cuenta que en realidad habia mucha felicidad dando vuelta en el aire. Que se podía superar la pena y todas las dificultades si sólo nos damos la oportunidad ser felices (ni siquiera filices)… y yo, yo ahora ya no quiero nada.
¿Equilibrio?
Ella quiere encontrar la esperanza que la haga olvidar, porque ya está cansada de que el sol siempre salga por el mar.
Él está haciendo que su directorio web funcione. Poco a poco va saliendo adelante. Paso a paso, cansado de hacerlo todo, a veces sin sentido… pero tal vez esta sea la vez. Antes que nos trague el diablo.
Mi amigo trabaja y trabaja. El primero en empezar y el último en terminar, pero ya falta poco y en un par de años, nadie se va a acordar de eso. Ni ella ni ninguno de nosotros. Por lo menos, cuenta su presencia para alegrarle el día y hacerle sentir que no está solo luchando contra la ciudad que se llena de turistas sin gracia, en una playa sin gracia.
Yo ya no quiero nada. Siento que las viejas gordas me dejaron abajo de la micro de la felicidad y que todas las otras que han pasado van llenas y no se detienen en el puto Transantiago que claro, funciona, pero no para todos. El tornado arrasó mi ciudad y mi jardín primitivo. Mis plantitas se secaron en el calor de Santiago. Mis ganas se hicieron humo de tantas cajetillas que quemé y mi boca se aburrió de repetir el mismo discurso, el mismo que digo yo y el mismo que me dicen ustedes. Eso de que el amor es temporal, que todo te puede pasar y que de repente, estás muy solo. Afuera, afuera tú no existes, sólo adentro.